Cinco años después del secuestro y asesinato de Daisy Armstrong llega la hora de la venganza. El escenario es el Orient Express, durante el trayecto Estambul – París. Una víctima que en su día fue asesino, una venganza, una daga, 12 puñaladas, 12 manos manchadas de sangre y un detective, Hércules Poirot.
Hércules Poirot: “Sólo interrogando a todos los pasajeros podría esperar ver la luz, pero cuando empecé a hacerles preguntas, la luz, como Macbeth habría dicho, oscureció”.
Asesinato en el Orient Express, Sidney Lumet. 1974
Hay días en que te apetece ver cine de ése que no tiene grandes efectos especiales, de ése en que Sean Connery todavía está hecho un joven sir que fuma en pipa, o donde Lauren Bacall era ya tan rotunda como a los sesenta...
Total, y aunque intenten hacernos creer lo contrario, al final resulta que el mayordomo no es siempre el asesino. Toda la culpa la tiene el cluedo.