millás
La verdad es que hace ya unos meses que voy dejando por aquí unas cuantas ideas y me extraña que hasta hoy no haya aparecido su nombre por éste “sitio de mi recreo”. Aquí va mi pequeño tributo a Juan José Millás; un verdadero artesano del cuento; unos relatos los suyos que mezclan realidad y ficción de manera magistral.
Hoy me han regalado su último libro “Laura y Julio” (gracias querido). Para no iniciados recomiendo fervientemente su “Cuentos”, verdaderas joyas en poco más de 200 páginas, como por ejemplo…
“El caso es que pasé por delante de un fotomatón que hay en Velázquez esquina a General Oraa, cerca del banco donde tengo la cartilla de ahorros, y no me lo pensé dos veces. Entré y me saqué una foto que reflejara lo peor de mí. Esas máquinas, los fotomatones, tienen un selector de rasgos que elimina lo poco de bueno que nos queda, o sea, que poseen la mirada del enemigo…
… Bien, me fui directamente a las oficinas del periódico, y contraté un espacio publicitario de esos en los que se ve la foto de un loco o de un anciano bajo el rótulo de DESAPARECIDO. Di de mí unos datos estremecedores, por ejemplo que medía 1,80 y que tenía los ojos verdes. Añadí que estaba bajo tratamiento psiquiátrico y que la última vez que me vieron llevaba un chándal verde. Qué asco, un chándal verde.
Llamé a la oficina para decir que estaba enfermo y me pasé el día en la calle, yendo de un lado a otro, con la ilusión de que alguien me mirara y se espantara al ver a un desaparecido. Volví a casa con la esperanza de que el contestador estuviera lleno de avisos pero no había nada, como siempre. Qué desastre.
Al día siguiente, en el lugar donde había estado mi foto la jornada anterior, salía un desaparecido de mierda, con una fotografía de estudio de cuando hizo la primea comunión, era de complexión fuerte y medía 1,80 de estatura. El caso es que me voy a desayunar y me lo encuentro en el bar, tomándose unos churros. Me quedé espantado porque a mí los desaparecidos me impresionan más que los muertos, pero me dio tanta rabia que yo le viera a él y que él ni se fijara en mí que todavía no he avisado a su familia”.
Los desaparecidos miden 1,80
Hoy me han regalado su último libro “Laura y Julio” (gracias querido). Para no iniciados recomiendo fervientemente su “Cuentos”, verdaderas joyas en poco más de 200 páginas, como por ejemplo…
“El caso es que pasé por delante de un fotomatón que hay en Velázquez esquina a General Oraa, cerca del banco donde tengo la cartilla de ahorros, y no me lo pensé dos veces. Entré y me saqué una foto que reflejara lo peor de mí. Esas máquinas, los fotomatones, tienen un selector de rasgos que elimina lo poco de bueno que nos queda, o sea, que poseen la mirada del enemigo…
… Bien, me fui directamente a las oficinas del periódico, y contraté un espacio publicitario de esos en los que se ve la foto de un loco o de un anciano bajo el rótulo de DESAPARECIDO. Di de mí unos datos estremecedores, por ejemplo que medía 1,80 y que tenía los ojos verdes. Añadí que estaba bajo tratamiento psiquiátrico y que la última vez que me vieron llevaba un chándal verde. Qué asco, un chándal verde.
Llamé a la oficina para decir que estaba enfermo y me pasé el día en la calle, yendo de un lado a otro, con la ilusión de que alguien me mirara y se espantara al ver a un desaparecido. Volví a casa con la esperanza de que el contestador estuviera lleno de avisos pero no había nada, como siempre. Qué desastre.
Al día siguiente, en el lugar donde había estado mi foto la jornada anterior, salía un desaparecido de mierda, con una fotografía de estudio de cuando hizo la primea comunión, era de complexión fuerte y medía 1,80 de estatura. El caso es que me voy a desayunar y me lo encuentro en el bar, tomándose unos churros. Me quedé espantado porque a mí los desaparecidos me impresionan más que los muertos, pero me dio tanta rabia que yo le viera a él y que él ni se fijara en mí que todavía no he avisado a su familia”.
Los desaparecidos miden 1,80
yo de mayor quiero ser como Millás…
3 Comments:
Tota la raó Mònica! Tot i que no he llegit cap llibre de Millás, m'encanten les seves columnes del Pais cada divendres i quan surt a la Ventana ajudant els oients per escriure contes.
Crec que, amb el pas del temps, acabarà sent reconegut com un grande.
Cuida't!!!
¡Qué bueno!
A mí me gusta en las narraciones cortas, pero en los libros ... le leí en "La Soledad ers esto" y "El Orden Alfabético" y sobre todo este último, me aburría. Por lo demás me encanta su columna de El País.
Un abrazo. PAQUITA
yo tambieeeeeeen!!!!
:)
la loca rizosa
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